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Historia

El Seminario de Lugo se fundó en 1598 como una institución al servicio de la formación del futuro clero de la Diócesis. El 11 de diciembre de dicho año, el Obispo D. Lorenzo Asensio de Otaduy y Avendaño, de acuerdo con el Cabildo y para cumplir con las recientes disposiciones del Concilio de Trento, estableció el Seminario Diocesano de Lugo, otorgándole el título oficial de Seminario Conciliar de S. Lorenzo, título que hace referencia al Concilio que dispuso su existencia y al nombre del obispo que lo fundó. Así, el Seminario de Lugo es uno de los primeros seminarios de España y el segundo de Galicia, después del de Mondoñedo, que se creó de acuerdo con las disposiciones del Concilio de Trento.

En 1599

El 9 de marzo de 1599 el Obispo promulgó las primeras Constituciones del Seminario en las que se determina que hay 36 seminaristas becarios, oriundos de la diócesis, elegidos entre los aspirantes por un tribunal que juzgará los méritos y el cumplimiento de las condiciones exigidas para el ministerio sacerdotal.
Los estudios de Teología se han organizado a lo largo de los años de manera diferente según las tendencias de cada época, siguiendo las pautas que venían de Roma y el modelo impuesto por las facultades universitarias o utilizado en las casas de formación de diferentes familias religiosas: jesuitas, dominicos, franciscanos, etc.

En 1779

A mediados del siglo XVIII surgió una crisis académica en los seminarios que se manifestó en la oposición entre los partidarios del antiguo sistema y la tendencia innovadora que pretendía romper los modelos de la escolástica e incorporar nuevos sujetos y métodos en los estudios eclesiásticos, como ya se realizaba en otras naciones de Europa.
De acuerdo con este clima general, el obispo Fray Francisco Armañá, el 30 de marzo de 1779, estableció varias innovaciones en la organización académica y disciplinaria del Seminario. Este obispo ilustrado creó en el Seminario una Biblioteca Pública para uso de seminaristas, sacerdotes y laicos en general preocupados por las ciencias religiosas.
Con la Desamortización se suprimió esta Biblioteca, y pasaron los libros de materias profanas (Matemáticas, Física, Química, Biología) a la Delegación Provincial y, al Seminario, los libros de Teología y Ciencias religiosas que constituyen la base original de la actual Biblioteca del Seminario; incluso ahora el contingente más importante del fondo antiguo de esta biblioteca es el que proviene de la Biblioteca del Obispo Armañá.

En 1792

En el año 1792 se estableció un plan de estudios renovado: aparece la asignatura “De Locis Theologicis” (Teología Fundamental) y hay una clase diaria de los Evangelios según los pensamientos de San Agustín y Santo Tomás. Los estudios del Seminario tenían a partir de entonces la siguiente duración: cinco años de Gramática, tres de Filosofía y tres de Teología.

En 1852

En el Real Decreto de 21 de marzo de 1852, que desarrolla el artículo 28 del Concordato, se autoriza a los seminarios diocesanos a conferir el grado de Licenciado en Teología y Cánones; incluso en estos centros se podrían estudiar las asignaturas de Grado y Doctorado. De esta manera, el Seminario de Lugo se incorporó a la organización académica de estudios eclesiásticos entonces vigente en todos los seminarios de España.

En 1888

A finales del siglo pasado el antiguo edificio donde había funcionado el Seminario se volvió incapaz de acoger a la creciente demanda de aspirantes al sacerdocio y, como no se podía pensar en una ampliación del edificio existente por su ubicación junto a la muralla y porque además sería una obra repleta de parches, se comenzó a pensar en la construcción de un nuevo edificio para el Seminario.
Fue el obispo Fray Gregorio Aguirre quien asumió la tarea de construcción del nuevo Seminario. Para ello, encargó la obra al célebre arquitecto lucense D. Nemesio Cobreros y comenzó a construirse en 1888. El nuevo Seminario se terminó en julio de 1893. Es un edificio que aún puede considerarse uno de los más destacados de Lugo y, en su época, fue uno de los mejores seminarios de España. El curso 1893-1894 fue inaugurado en el nuevo edificio.

En 1929

La primera mitad del siglo XX se caracterizó por una constante ampliación del espacio para atender las numerosas solicitudes de admisión a los estudios del Seminario. Las preceptorías fueron constituidas en diversos lugares de la Diócesis, centros donde se cursaron los cuatro años de Latinidad.
El 12 de septiembre de 1929 el Obispo D. Rafael Balanzá y Navarro fundó el Seminario Menor en un edificio adquirido a S.H. Maristas, actualmente desaparecidos. También amplió el edificio del Seminario Mayor mediante la construcción de un pabellón adosado al fondo, con planta baja y dos pisos.

En 1946

Posteriormente, en 1946, se inauguró un nuevo pabellón para el Seminario Menor, junto a la muralla, actualmente cedido al Ayuntamiento de Lugo para establecer las oficinas de servicios municipales.

A lo largo de la primera mitad del siglo, hasta la década de 1970, los Estudios Teológicos del Seminario vivieron un período de esplendor, tanto por el número de alumnos como por la importante labor docente, de gran valor y dedicación, y por la actividad académica realizada.

La organización de los Estudios Teológicos en ese momento experimentó una fuerte actualización y renovación acorde a las nuevas adquisiciones en las Ciencias Religiosas: aumentan el número de asignaturas con nuevas disciplinas, se utilizan como libros de texto a reconocidos autores de la denominada neoescolástica y se da mayor extensión al estudio de la Sagrada Escritura.

En 1976

Desde el Concilio Vaticano II en adelante, en la década de 1970, como en todas las diócesis de España, se produjo un notable descenso de las vocaciones sacerdotales, con la consecuente disminución de estudiantes en los estudios teológicos. Ante la escasez casi total de alumnos en Estudios Eclesiásticos, en 1976 se suprimió esta docencia en el Seminario de Lugo. Los pocos candidatos al sacerdocio que tiene la diócesis de Lugo irán a realizar Estudios Eclesiásticos en el Instituto Teológico Compostelano, con domicilio en el Seminario Mayor de la Archidiócesis.

Ante el aumento de alumnos, los problemas ocasionados por la ausencia de un claustro en la Diócesis y la mala inserción de los seminaristas en la vida diocesana, se decidió restaurar, en el curso de 1986-1987, los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano. El plan académico en estos restaurados Estudios Teológicos es aprobado por la Conferencia Episcopal Española para los seminarios diocesanos.

 

En 1977

Con el fin de dar mayor dignidad académica a los Estudios Eclesiásticos del Seminario y teniendo en cuenta la recomendación de la Conferencia Episcopal Española, se pensó en afiliar estos estudios a una Facultad de Teología. Parecía que esta facultad debía ser lógicamente la de la Universidad Pontificia de Salamanca, por ser la Universidad de la Iglesia Española, por los vínculos históricos que tiene la diócesis de Lugo con esta Universidad y por pertenecer al área geográfica de su influencia. En el año académico 1997-1998 se tomaron las medidas necesarias para ello. 

Luego de varios contactos personales con las autoridades universitarias por parte del Jefe de Estudios, Sr. Mons. Fray José Gómez González, el día 26 de diciembre de 1997 envía al Magnífico Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca la solicitud de Afiliación de los Estudios Eclesiásticos del Seminario de Lugo a la Facultad de Teología de dicha Universidad.

En el año 1999

Aceptando esta solicitud se llevaron a cabo los trámites oportunos: informe de una comisión de la Universidad, aprobación de la Junta Directiva y de la Conferencia Episcopal y, finalmente, la Sagrada Congregación para la Educación Católica, el día 3 de marzo de 1999, aprueba la afiliación solicitada. De acuerdo con esta afiliación, se crea el Instituto Teológico Lucense, donde se imparten las enseñanzas de Teología con rango universitario y con la facultad de otorgar a los alumnos que superaran un examen final, ante un tribunal mixto de dos profesores del centro y uno de la Facultad de Teología de Salamanca, el grado de Bachiller en Teología, convalidado civilmente como Bachillerato en Estudios Eclesiásticos.
Esta nueva estructura de estudios del Seminario propiciaría, sin duda, un resurgimiento en el interés de los estudiantes y en la dedicación de profesores de gran repercusión para la Iglesia Diocesana.