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En esta nueva actividad del Plan Lector jugamos con los recuerdos que nos trae a todos la serie  Verano Azul.

Estaba protagonizada por un grupo de amigos que pasaba las vacaciones de verano en Nerja y que reflejaba la sociedad española de los años 80.

En la literatura y en el resto de las artes la primavera simboliza el nacimiento, el inicio de todo, mientras que el otoño se identifica con el ocaso. Con el fin de este verano azul y el comienzo del otoño queremos simbolizar el paso del tiempo y el crecimiento individual. Por lo tanto, esta semana trabajaremos con obras cuyos personajes experimentan un proceso de maduración, las llamadas novelas de autoformación, o “bildungsroman”. En ellas se narra la formación o crecimiento espiritual del protagonista, desde su infancia hasta su “mayoría de edad”. Por este motivo, no se tratará de un personaje plano, como los de los cuentos tradicionales, sino que de él esperamos un cambio y un aprendizaje a lo largo de la novela.

Nos centraremos en  el estudio de la evolución de los personajes principales de las obras que se propongan. Elaboraremos  microrrelatos en los que hablaremos sobre el paso del verano al otoño de este año.

Una de las obras en las que se percibe fácilmente el proceso de cambio, de maduración de un personaje es El Lazarillo de Tormes, leeremos el primer tratado y observaremos su actitud desde que conoce al ciego hasta que lo abandona.

El código QR hace referencia a la mítica serie que marcó los veranos de varias generaciones españolas. Una serie protagonizada por unos chicos que se juntan en la villa marinera de Nerja para pasar las vacaciones de verano. Un tiempo en el que van madurando gracias a todas las aventuras compartidas. Añadimos este enlace porque es una buena oportunidad para que los alumnos y sus padres hablen de este tema en casa.